La tragedia de Imam Husain: La partida del Imam Husain (AS) para Iraq, y la masacre de Karbala (Parte 13)

Lo que sigue es parte del libro La tragedia de Imam Husain Del libro “Kitab al Irshad” escrito por Sheij Al-Mufid .

La tragedia de Imam Husain: La partida del Imam Husain (AS) para Iraq, y la masacre de Karbala (Parte 13)

Su hijo, ‘Ali ibn Al-Husain (P), cuya madre era Layla bint Abu Murra ibn ‘Urwa ibn Mas’ud Ath-Thaqafi, fue el siguiente en avanzar. Él era uno de los hombres más apuestos de esaépoca. En ese día él tenía 19 años de edad. Atacó al enemigo declarando:

– Yo soy ‘Ali ibn Al-Husain ibn ‘Ali. ¡Por la Casa de Dios!,nosotros somos los que fuimos justamente dotados con el Profeta. ¡Por Dios!, el hijo de un bastardo no nos juzgará. Yo atacaré con mi espada en defensa de mi padre. Atacarécon la fuerza de un Hashemi, un Qurayx.

Hizo eso varias veces y las gentes de Qufah temían matarlo. Entonces Murra ibn Mundhiq al-Abdi lo vio. Él dijo:

– Que los crímenes de los árabes caigan sobre mí si él pasa ante mí haciendo lo mismo que ha estado haciendo y yo nodejo a su madre sin hijo.

‘Ali ibn Al-Husain continuó atacando al enemigo como había estado haciéndolo pero entonces Murra ibn Mundhiq fuecontra él y lo apuñaló. ‘Ali fue derribado y los soldados delenemigo cayeron sobre él, cortándolo con sus espadas. Al-Husain (P) salió y se paró ante él y dijo:

“¡Que Dios mate a las gentes que te mataron hijo mío!¡Qué tontos y osados son ellos contra el Misericordioso violando la santidad de la Familia del Profeta (PBd)!”.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y dijo:

“Después de ti sólo habrá polvo en el mundo”.

Zaynab, la hermana de Al-Husain (P), vino corriendo, gritando:

– ¡Mi hermano, mi sobrino!.

Ella llegó y se arrojó sobre su sobrino muerto. Al-Husain la levantó y la condujo de regreso a la tienda. Él le dijo a sushijos menores:

– Traed a vuestro hermano.

Ellos lo cargaron y lo pusieron ante la tienda frente a la cual habían estado luchando. Entonces uno de los hombres de‘Umar ibn Sa’d le dijo a ‘Amr ibn Subayh que le dispararauna flecha a Abdullah ibn Muslim ibn ‘Aqil. Abdullah tratóde cubrirse con la mano. La flecha le dio en la mano y pene-tró hasta su frente, clavándole la mano en ella. Él no podíamover la mano y entonces otro hombre cayó sobre él con unalanza, se la clavó en el corazón y lo mató.

Abdullah ibn Qutba At-Ta’i atacó a ‘Awn ibn Abdillah ibnYa’far ibn Abu Talib y lo mató.

‘Amir ibn Nashhal At-Tamimi atacó a Muhammad ibn Abdillahibn Ya’far ibn Abu Talib y lo mató.

‘Uthman ibn Jalid Al-Hamdani se lanzó contra Abderrahmanibn ‘Aqil ibn Abu Talib y lo mató.

Humayd Ibn Muslim reportó:

Así sucedía entre nosotros (es decir, muchos de los seguidoresde Al-Husain habían sido matados por el ejército de ‘Umar ibnSa’d) cuando un muchacho salió contra nosotros. Su caraera joven como el filo delgado de la luna nueva y llevabauna espada. Él traía puesta una camisa y una tela alrededorde la cintura y un par de sandalias, una de ellas con la co-rrea rota. ‘Umar ibn Sa’d ibn Nufayl Al-Azdi me dijo:

– Déjame atacarlo.

Yo dije:

– ¡Alabado sea Dios!, ¿para qué lo quieres? Déjalo. Mien-tras quede aunque sea uno de la familia de Al-Husain, éseseria suficiente para vengarse de ti por su muerte.

Pero él insistió:

– ¡Por Dios!, déjame atacarlo

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Así que él se lanzó contra el muchacho y no se volteó sinohasta que le hubo golpeado la cabeza con su espada y se la partió en dos. El muchacho cayó boca abajo y gritó: “¡Tio!”.

A esto, Al-Husain (P) apareció tal como el halcón sale. Selanzó al ataque como un león furioso y golpeó a ‘Umar ibn Sa’d ibn Nufayl con su espada. El hombre trató de esquivarel golpe con su brazo, pero su brazo le fue cortado del codo y dio un gran grito de dolor que fue oído incluso por las gentes en el campamento. Cuando Al-Husain (P) se alejó de él, la caballería de Qufah atacó para salvarlo, pero ellos sólolo graron pisotear a ‘Umar con las patas de los caballos hasta que éste murió, y sólo levantaron polvo.

Yo vi a Al-Husain (P) parado junto a la cabeza del muchacho, mirando a sus pies y diciendo:

“¡Que las gentes que causaron tu muerte perezcan, ya que el que se opondrá a ellos en el Día de la Resurrección por causa tuya será tu abuelo (‘Ali)!”.

Entonces continuó:

“¡Por Dios!, es duro para tu tío el que lo llames y él no pueda responderte, o más bien que te haya respondido pero que tu grito fuera demasiado tarde para que él pudiera ayudarte. ¡Por Dios!, los que matan a sus parientes son muchos pero los que los ayudan sonpocos”.

Después él lo cargó en los brazos. Parece que estoy viendo las dos piernas del muchacho dejando una marca al ser arrastradas sobre el suelo. Él lo llevó y lo puso con su hijo, ‘Ali ibn Al-Husain (P), y con los otros miembros de su Familia que habían sido asesinados. Yo pregunté acerca del muchacho y me dijeron que él era Al-Qasim ibn Al-Hasan ibn ‘Ali ibn Abu Talib (P).

Tras ello Al-Husain (P) se sentó frente a la tienda. Trajo a su hijo, Abdullah ibn Al-Husain (P), que apenas era un bebé y lo sentó sobre su rodilla. Pero uno del clan de Banu Asad disparó una flecha que mató al niño. Al-Husain (P) recibió la sangre del niño en la palma de su mano. Cuando su palma sellenó, él vació la sangre al suelo y dijo:

“¡Oh Señor!, si Tú todavía no has ordenado el Cielo para nosotros (1), entonces que ello sea porque Tu Propósito es mejor que la ayuda inmediata. Toma venganza de estas gentes que son tan inicuas”.

Entonces llevó al niño y lo colocó con los otros miembros desu Familia que habían sido matados.

Justo entonces Abdullah ibn ‘Uqba Al-Ghanawi disparó una flecha a Abu Bakr ibn Al-Hasan ibn ‘Ali (P) y lo mató. Cuando Al-Abbas vio el número de su familia que habían sido matados, les dijo a sus hermanos por parte de madre, Abdullah, Ya’far y ‘Uthman:

“Mis hermanos hijos de mi madre, avanzad para que yo vea que habéis permanecido fieles y sinceros a Dios y Su Mensajero, ya que no tenéis hijos qué defender”.

Abdullah, que Dios tenga misericordia de él, avanzó y peleó furiosamente. Intercambió golpes con Hani’ ibn Shabib Al-Hadrami y Hani’ lo mató. Después de él, Ya ‘far avanzó y Hani’ también lo mató. Jawali ibn Yazid Al-Asbahi, a quien Dios maldiga, avanzó contra ‘Uthman, el cual había tomado el lugar de su hermano. Le disparó una flecha y lo derribó.Uno de los hombres del clan de Banu Darim lo atacó mientras estaba caído y le cortó la cabeza.

El grupo entonces lanzó un ataque contra Al-Husain (P) y lecortó el acceso al campamento. Su sed se volvió severa, y sedirigió al dique, tratando de llegar al Eufrates. Frente a élestaba su hermano, Al-Abbas. Sin embargo, la caballería de Ibn Sa’d, que Dios lo maldiga, le bloqueó el camino. Entreéstos iba un hombre de los Banu Darim, el cual le dijo a lacaballería:

– ¡Ay de vosotros!, evitad que llegue al Eufrates, no lo dejéis que consiga agua.

Entonces Al-Husain (P) gritó:

– ¡Oh Dios! tengo sed. Los Darimíes se enojaron y le dispararon una flecha, la cualse alojó en su garganta. Al-Husain (P) tiró de la flecha y sostuvo su mano bajo su garganta. Las palmas de ambas manos se llenaron de sangre, la cual se sacudió, y entonces dijo:

“¡Oh Dios!, me quejo ante Ti de lo que le están haciendo al hijo de la hija de Tu Profeta

”Luego regresó él a su posición, y mientras tanto su sed sevolvió todavía más severa.

Entre tanto, las gentes habían rodeado a Al-Abbas y lo aislaron de Al-Hain. Él empezó a atacarlos solo hasta que fuematado, que Dios tenga misericordia de él. Los dos que participaron en matarlo fueron Zayd ibn Warqa Al-Hanafi y Hakim ibn At-Tufayl AshShabsi, después de que él había sido cubierto de heridas y no se podía mover (2).

Cuando Al-Husain (P) regresó del dique a sus tiendas, Shimr ibn Dhil-Yawshan avanzó hacia él con un grupo de sus seguidores y lo rodearon. El más rápido de ellos era un hombre llamado Malik ibn An-Nusayr Al-Kindi. Él maldijo a Al-Husain (P) y le asestó un golpe de espada en la cabeza. Al-Husain llevaba puesto un sombrero o gorro. La espada pasó a travésde éste y entró en la cabeza haciéndola sangrar. El sombrerose llenó de sangre.

Al-Husain (P) le dijo:

-¡Que nunca puedas comer ni beber con tu mano derecha!

¡Que Dios te reúna en el Día del Juicio con las gentes pecadoras!.

Entonces él aventó el sombrero y pidió un trapo, el cual seamarró alrededor de la cabeza. Luego pidió otro gorro, se lo puso y lo ató en su lugar (3).

Shimr ibn Dhil-Yawshan y los que estaban con él se habían retirado alejándose hacia sus posiciones primitivas. Después de una breve pausa volvieron de nuevo contra él y lo rodearon. Abdullah ibn Al-Hasan ibn ‘Ali (P) salió contra ellos. Era apenas un niño, todavía no lo suficientemente maduro como para dejar de tener que permanecer con las mujeres. Él salió corriendo y se paró junto a su tío Al-Husain (P). Entonces Zaynab bint ‘Ali (P) salió tras él para detenerlo y Al-Husain (P) le dijo que lo detuviera. Sin embargo él se negó a hacerle caso a ella y decididamente no se dejó llevar. Él dijo:

– ¡Por Dios!, yo no dejaré a mi tío.

A esto, Abyar ibn Ka’b (4) se abalanzó contra Al-Husain (P). Con la espada en la mano, el niño le dijo:

– ¡Ay de ti, hijo de una mujer impura!, ¿estás tratando de matar a mi tío?.

Abyar le atacó con la espada. El muchacho trató de esquivar el golpe con el brazo. La espada cortó a través del brazohasta alcanzar la piel del otro lado. El brazo quedó colgando detenido por la piel. El niño gritó:

– ¡Madre!.

Al-Husain lo sostuvo y lo abrazó. Le dijo:

– Sobrino mío, trato de soportar lo que te ha sucedido con las buenas nuevas de que Dios te reunirá con tus santos antepasados.

Entonces Al-Husain (P) levantó la mano y dijo:

“¡Oh Dios! así como Tú les hiciste la vida agradable por un tiempo, divídelos en facciones y hazlos seguirlos caminos de las facciones y que sus gobernantes nunca están complacidos con ellos. Ellos nos hicieron venir para apoyamos y luego se volvieron hostiles hacía nosotros y nos mataron”.

Los soldados de a pie lanzaron un ataque desde la derecha y la izquierda contra los que quedaban con Al-Husain (P) hasta que sólo un grupo de tres o cuatro quedaron con él. Cuando Al-Husain (P) vio eso pidió que le trajeran unos pantalones nuevos de Yemen. Él los rasgó y se los puso. Los rompiópara que no fueran a serle quitados después de muerto. Cuando Al-Husain (P) fue matado, Abyar ibn Ka’b se lanzó sobreél y se llevó sus pantalones dejándolo desnudo. Después deeso, las dos manos de Abyar ibn Ka’b, que Dios lo maldiga, se volvían tan secas en el verano que eran como palos, y luego en el invierno se hacían como empapadas en agua, tanto que salpicaban gotas de agua y de pus, hasta que Dioslo destruyó.

Cuando nadie más que un grupo de tres miembros de su familia quedaban con Al-Husain (P), él se movió contra las gentes, y mientras los tres lo protegieron, hasta que los tres fueron matados. Al-Husain (P) quedó solo. A pesar de estar malherido en la cabeza y el cuerpo, empezó a atacarlos con suespada y ellos se dispersaron a la izquierda y la derecha ale-jándose de él.

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Entonces Humayd ibn Muslim dijo:

– Por Dios, yo nunca vi tanta persistencia. Sus hijos hansido matados, y los miembros de su familia y sus seguidores, y sin embargo él es tan valiente como siempre y nopermite que su espíritu lo deje. Cuando los soldados loatacan, él responde con su espada y los dispersa a diestray siniestra como cabras cuando el lobo cae sobre ellas.

Cuando Shimr ibn Dhil-Yawshan se dio cuenta de la posición, llamó a la caballería y ellos acudieron detrás de los soldados de a pie. Él ordenó a los arqueros que le dispararan a Al-Husain y ellos hicieron llover flechas sobre él hasta quequedó todo clavado de flechas como un erizo con sus púas.

Él se apartó de ellos y ellos se pararon frente a él. Su hermana, Zaynab, salió a la puerta de la tienda y le gritó a ‘Umar ibn Sa’d ibn Abu Waqqas:

– ¡Ay de ti, ‘Umar! ¿Está siendo matado Abu Abdillah mientras que tú te paras allí y miras?.

Pero ‘Umar no respondió. Entonces ella gritó:

¡Ay de todos vosotros!, ¿no hay un solo musulmán entre vosotros?.

Pero ninguno contestó.

Entonces Shimr ibn Dhil-Yawshan gritó a los soldados de apie y a la caballería:

– ¿Por qué estáis esperando al hombre? ¡Que vuestras madres sean privadas de vosotros!.

Así que ellos lo atacaron por todos lados.

Zur’a ibn Sharik lo hirió en el omóplato izquierdo cortándolo. Otro le dio en el hombro. Sinan ibn Anas An-Nja’i le clavóuna lanza y lo mató. Jawali ibn Yazid Al-Asbahi se lanzó sobre él y se inclinó para cortarle la cabeza, pero se puso atemblar. Shimr (5) le dijo:

– ¡Que Dios aplaste tu brazo!, ¿por qué tiemblas?.

Entonces Shimr, a quien Dios maldiga, se inclinó y decapitó a Al-Husain (P). Él alzó la cabeza de Al-Husain y la entregó a Jawali diciendo:

– Llévala al comandante, ‘Umar ibn Sa’d.

Entonces empezaron a saquear el cuerpo de Al-Husain (P). Ishaq ibn Al-Hayat Al-Hadrami, que Dios lo maldiga, tomó su camisa. Abyar ibn Ka’b, que Dios lo maldiga, tomó sus pantalones. Ajnas ibn Marthad, que Dios lo maldiga, se llevó su turbante. Uno de los del clan de Banu Darim cogió su espada. Ellos se llevaron su silla de montar y su camello y a las mujeres de su casa (6).

Continua…

Notas:

1- N.del T.: Si todavía no es el momento de nuestra muerte

2- El relato de la muerte de Al-Abbas falta en At-Tabari.

3- Este ataque y el detalle del sombrero también faltan en At-Tabari.

4- Bahr en At-Tabali, II, 363.

5- Sinan en At-Tabari, II, 366

6- Los nombres de los despojadores y de los objetos robados son diferentes enAt-Tabari, II, 366.

Fuente: es.shafaqna.com